Transformar para crecer

En la cita destacaron figuras como el presidente de Latam, Ignacio Cueto, el CEO de NotCo, Matías Muchnick, el fundador de Rappi, Simón Borrero, y el VPE de Corfo, José Miguel Benavente, junto con muchos otros participantes, en un espacio diseñado para conectar a los diversos actores del sistema a través de una competencia de pitchs, metodología que hoy incluso se utiliza en instrumentos del Estado para sistemas de compras públicas.

La creación de valor más sofisticado requiere generar crecimiento desde nuevos sectores productivos, como las empresas de base tecnológica.

En ese marco, Corfo dio cuenta de que en los últimos cinco años ha apoyado a más de 5.000 empresas dinámicas que, a su vez, han generado más de $ 130 mil millones en impuestos (IVA). Esto remarca la relevancia para el país del emprendimiento y de cómo las startups pueden asegurar la creación de valor más sofisticado para una economía como la chilena, que requiere generar crecimiento desde nuevos sectores productivos, como lo son las empresas y negocios de base tecnológica.

Muchos de los intervinientes apuntaron a la necesidad de que todo el ecosistema de fomento a la innovación coincida en mejores condiciones para la inversión, la apuesta por la innovación y la actualización de los marcos regulatorios del Estado para acompañar y no obstaculizar la creación de valor. Fenómenos como la inteligencia artificial, las aplicaciones cibernéticas y tecnológicas en procesos productivos y la transición energética hacia una economía baja en emisiones están alcanzando desarrollos y una evolución que va muy por delante de lo que es capaz de mostrar la legislación, la permisología o el marco regulatorio de Chile.

En este escenario, es clave que el potencial del emprendimiento, la creatividad de las empresas emergentes y los empresarios se vea apoyada y fomentada por un Estado eficiente, moderno y que garantice que ese esfuerzo tendrá recompensas a la hora de afianzar un startup.

Chile se ubica entre los primeros países del mundo en materia de conectividad digital y acceso a redes y tecnología, gracias a la extensa red de acuerdos comerciales y la fiabilidad que las empresas tecnológicas ofrecen. Ese potencial nos ubica entre potencias mundiales en materia de desarrollo de negocios digitales, pero aún resta afianzar tal potencial y esa capacidad empresarial de la mano de un aparato estatal que acompañe esa velocidad que el mundo demanda. De no hacerlo a tiempo, se podrían perder inmejorables oportunidades en un ámbito en donde Chile lo hace bien: emprender y transformar.